martes, 24 de julio de 2012

Investigación escénica + Espectáculo = Teatro Laboratorio



Construir a base de prueba y error, así es el teatro. Entre los múltiples
experimentos en las constantes sesiones desde inicios del 2011, llevamos a
cabo distintos mecanismos para lograr un fin único: investigación escénica+
espectáculo teatral.
Para lograr dicha meta se partió de entrenamientos físicos/vocales que concluían
en juegos rompe hielo, permitiendo crear un lenguaje como denominador común
entre los miembros del colectivo.
La concretización de “¿Qué vamos a hacer?” nos llevó a poner sobre papel
el cronograma de trabajo, destinando sesiones de entrenamientos a charlas/
conversatorios sobre diseño escenográfico y partitura musical con otros
estudiantes y docentes universitarios, quienes eran parte del equipo de trabajo
para llegar a la interdisciplinariedad, meta a conseguir en el producto final.
Habían diferentes equipos trabajando para un mismo fin, pero nosotros, los
aprendices del TeLa debíamos de permearnos de toda esa información, para que
posteriormente eligiéramos que estímulo queríamos en la puesta en escena que
alimentara el trabajo actoral.
Mientras las otras partes trabajaban la escenografía, nosotros trabajábamos en el
contenido de la temática a tratar en el espectáculo: La ciudad.
Nos fuimos de las aulas por un tiempo y nos desplazamos hacia otras áreas del
campus universitario, y de esta forma dimos paso al “Laboratorio performático del
TeLa” colocando instalaciones que giraban entorno al comportamiento/reacciones
de las personas al ver tugurios, sobre esta instalación cada miembro hizo sus
propuestas, es decir, acciones. Finalizando esta experiencia con gran material que
debíamos de sintetizar y valorar.
De vuelta a las aulas pasamos al siguiente laboratorio de propuestas individuales
o grupales, en donde teníamos la libertad de crear nuestra propia historia con
los personajes de la ciudad que nosotros (as) quisiéramos, utilizando vestuario
y utilería. ¡Manos a la obra! me uní en trabajo con una miembra del colectivo y
creamos 2 personajes: A era una estudiante/colegiala y B era una limpiadora de
zapatos callejera. El desplazamiento cuadrado ubico a las personajes en distintos
puntos de la ciudad, llegando a encontrarse en una banca de un parque, en donde
A se queda dormida y B se aprovecha para asaltar a la otra.
Este ejercicio por sencillo que pareciera estaba nutrido de elementos que
más tarde logro identificar en el producto final de El Silencio, tales como los
desplazamientos rectilíneos, el poco uso de la palabra y acontecimientos
inesperados.
Las dinámicas de las tareas fueron otras, tales como escribir en momentos
cruciales de nuestra cotidianeidad una pequeña historia, cuento, relato, etc sobre
la ciudad (ver anexo) para que posteriormente este subtexto se reflejara en el
entrenamiento que retomaríamos con música e imágenes más concretas sobre
las cuales trabajar, haciendo el trabajo escénico más intenso y riguroso, ya que el
trabajo actoral debía sostener aquellas propuestas escenográficas y musicales,
así que teníamos que defender ese proceso investigativo/explorativo y mostrar un
resultado que sería el inicio de una temporada, que abarcaría un gran porcentaje
de público joven (no universitario y universitarios) además de otro porcentaje de
adultos.
Salíamos de todo un proceso de meses que culminaba con un gran cierre de
temporada que tenía el teatro lleno.
Meses después tras dar inicio a un nuevo curso lectivo, la sensación de vacío nos
indicaba a cada uno (a) que El Silencio aún no debía de morir, quedaban públicos
por conquistar y nuestro colectivo se expandía con nuevos integrantes. Esta vez
la meta era lanzar una segunda temporada en el campus universitario, así que
debíamos de retomar las partituras físicas/vocales y los desplazamientos, dialogar
posibles cambios en la obra que tendríamos que resolver de alguna manera.
Esta vez el proceso fue mucho más sencillo que el anterior, la base era sólida y
podíamos jugar con ella, tanto así que construimos un material (creación colectiva)
para llevarlo a las afueras del teatro. Esto no solo potenciaba el re-estreno que
se acercaba, sino que nos dió nuevas ideas para trabajar en la ciudad, y esta vez
ya no era la ciudad ficticia construida en el espectáculo, sino la particular ciudad
herediana, que nos inspiro con sus campanadas de iglesia y con sus palomas.

Melissa R. Ríos
Agradecimientos: Especial a Katarsyna, gracias por creer en el TeLa desde el inicio, a David Korish y a Dora Cerdas por ayudar gestarlo (a nosotros no se nos olvida)... Santiago Amièn S... a Marisa Brugarolas por interdisciplinarnos, a los Estudiantes de ACV, a Xelajù nuestra ciudad adoptiva... a Don Carlitos por el ritual de buenas vibras... a los TeLas que ya no están y que estuvieron de Corazón...y sobre todo usted que vino a ver la obra...

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