Es bueno caer en cuenta que el teatro debería ser más que incertidumbre, que vale muchas más veces la pena, que la dicha. Que una debe reforzar su raíces, que debe despertarse a los grados centígrados que sean, y llorar cuanto sea necesario y reír cuanto sea necesario, alimentar las aves de la esperanza, vivir pues!! Humanizarse y humanizar...que el teatro es de gente y yo soy gente.
Así como todos y todas al esperar que el semáforo cambie, así la ciudad marca el curso de nuestras vidas, las decisiones que tomamos, a quienes conoceremos...no se salva un vehículo no se salva un peatón, no se salva usted...
Ahora recuerdo que en el proceso de el silencio fui además de mi misma, muchas cosas, busqué decidida alejarme de mi (la carrera me ha llenado de mierda el cerebro), una vendedora de flores, una indigente, una conductora temeraria, pero “mi misma” es muy fuerte y yo no podría ser más que Nazúa, yo, en una ciudad que no es la mía, una casa que no es la mía, puta!! soy migrante me dije una vez...Que es la ciudad? Una mezcla, un beso, un pichazo, uno muy vivo y otros muy muertos: de hambre, de sed, de sexo, de amor, de libertad, de odio, de fama, de infamias, de recuerdos, de melodrama, de sueños, de pesadillas, de palabras, de silencio.
Gracias Nazúa por tus enseñanzas, por tu me molesta/me gusta, gracias a la ciudad El Silencio y a todas y todos los que crearon a sus particulares habitantes, TELA...
A la calle!!!!
S.Santana.
“De vez en cuando camino al revés es mi modo de recordar, si caminara solo hacia adelante te podría contar como es el olvido” (Humberto Ak' Abal).